Celina

 

A orillas del Pantano de Búbal en la confluencia de los ríos Gállego y Caldarés encontramos El Pueyo de Jaca.

De su ruta arquitectónica destaca la iglesia de San Miguel S.XVI, el palacete de la Viñaza y el puente del Concellar.
En el palacete de la Viñaza, según cuenta la leyenda…

A mediados del S.XIX a los marqueses de Saint Lary les encantaba pasar largas temporadas en este hermoso pueblo a orillas de los ríos Gállego y Caldarés.

Los marqueses tuvieron dos hijos, que se llamaban Úrbez y Victorián. Por ese motivo contrataron a una muchacha que sería su niñera e institutriz. La muchacha llamada Celina, era hija de un lord inglés. Le encantaba la lectura y tocar el piano y su pieza favorita era la Pavana para una infanta difunta, de Ravel.
El día de Todos los Santos, Celina fue con los niños a dar un paseo por la orilla de rio. Cansada de caminar, Celina se sentó bajo un árbol a disfrutar de la lectura. Tan enfrascada estaba que no se dio cuenta de que el carrito de los niños empezaba a moverse hacia la orilla del rio. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Celina desconsolada se tiró al rio en un fallido intento de salvar a los pequeños. Sus cadáveres se encontraron días después en el rio Gállego. Desde entonces cuentan que el fantasma de Celina ronda por el albergue y que la noche de Todos los Santos su espíritu recorre el parque y distintos rincones de la casa, vestida con su traje de seda blanco para acabar tocando al piano su pieza favorita, la Pavana para una infanta difunta.

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