Ibón es, en la lengua aragonesa, un lago pirenaico de alta montaña formado por procesos geológicos en la era glaciar, hace aproximadamente 30000 años. Están situados en parajes naturales de gran belleza. Su altitud y las condiciones climáticas del entorno influyen en sus características y morfología particular.

Los ibones aragoneses están protegidos, por encontrarse dentro de algún Espacio Natural,  por estar incluidos dentro del Inventario de Humedales Singulares, o por ambas medidas a la vez.

La profundidad varía de unos a otros, ya que existen ibones poco profundos, de menos de 0,5 m, y otros que superan los 25 m de profundidad, como el ibón de Tebarray.

El agua de los ibones es dulce y fría, debido a que reciben su agua del deshielo. Poseen un gran valor natural por la fauna y flora que albergan, los tritones y las ranas son algunos de estos habitantes. Las truchas fueron introducidas artificialmente y son el principal depredador del tritón pirenaico, un anfibio autóctono y endémico de los Pirineos. Por todo ello, su protección es todavía más importante si cabe.

LEYENDAS EN TORNO A LOS IBONES

Las fadas, jóvenes y bellas, cantan con voces mágicas, como las sirenas, entonando cánticos melodiosos para atraer a los pastores y caminantes, que acudían encantados a su llamada. Entonces ellas los prendían y lo llevaban hasta las profundidades para siempre, bajo las aguas negras del ibón. Es por eso, por lo que no es aconsejable lanzar piedras a los ibones, ya que los seres que en ellos habitan podrían enfurecerse. Las fadas tratan de atraer al caminante porque se encuentran solas en el fondo de sus de sus gélidas moradas, los ibones, como cuenta la mitología aragonesa.

Los ibones son la morada de las fadas, también llamadas moras, encantarias o lavanderas.

Según cuenta una antigua leyenda, había un joven montañés que se enamoró de una fada bellísima que vivía en un ibón. Una noche, el joven, que debía de ser muy apuesto, se armó de valor y le pidió matrimonio a la fada. Ella le contestó: «Me casaré contigo el día que te presentes aquí: ni comido ni en ayunas; ni vestido ni desnudo; ni a pie ni a caballo». Tales condiciones implicaban una clara negativa, pero significaban también no conocer a los montañeses. El joven le dio muchas vueltas al asunto durante noches, hasta que un día se presentó en el ibón sin haber comido con tres granos de trigo debajo de la lengua, sobre su cuerpo solamente llevaba una red de pescador y acudió montado en una cabra. Claramente, el joven había cumplido las condiciones y la fada sé tuvo que casar con él. Pero antes, el joven tuvo que prometerle no volverse nunca al pueblo, y que no la llamaría nunca «muller de fumo» (mujer de humo), ni «muller d’aigua » (mujer de agua), ni mora, algo que, por lo visto, repugna especialmente a las fadas).

IBONES PARA TODOS

–         Con niños: Ibón de Espelunciecha

Este ibón está ubicado en un paisaje de gran belleza, además es uno de los ibones más accesibles del municipio de Sallent de Gállego, por lo que es una muy buena opción para realizar una ruta con los pequeños de la casa. Siendo un recorrido de ida de unos 45 minutos y teniendo tan solo  que superar un desnivel positivo de 210 metros.

La ruta parte del parking de Portalet de la estación de esquí Aramón Formigal, cruzaremos el puente sobre el río Gállego y ascenderemos por la senda de las propias pistas de esquí tras el telesilla de Espelunciecha.

Durante el recorrido, de poco más de 2 km, seguro que nos encontramos con marmotas y caballos, y divisaremos los imponentes picos tres miles como el Balaitús y el Garmo Negro. Una vez lleguemos al ibón podremos observar ranas y tritones.

–          Con amigos:  ibones de Arriel

Esta ruta de alta montaña recorre la GR-11 y comienza en el embalse de La Sarra, lugar donde podremos aparcar el coche. La senda, al principio, transcurre suavemente paralela al río Aguas Limpias, pero poco a poco irá tomando desnivel, recorreremos algo menos de 4 kilómetros  hasta pasar por el Paso del Onso y el Llano Cheto, donde veremos el cartel del desvío hacia los Ibones de Arriel.

A partir de aquí aumenta la pendiente, y se atravesará un pequeño bosque para después acceder al barranco de Arriel, Tras poco más de 3 horas, tras haber superado el desnivel del collado, encontraremos el Ibón de Arriel Bajo donde observamos la impresionante belleza del paisaje, con el pico Pallas y el Balaitús al fondo. Si seguimos la senda que bordea el ibón llegaremos en apenas 15 minutos al Ibón de Arriel Alto.

–          En BTT: Ibón de Ibonciecho

Se trata de una fantástica ruta para realizar ascensiones en bicicleta de montaña, resultando ser un recorrido BTT espectacular en cuanto a paisaje.

La ruta, de dificultad alta, recorre un total de 23 km superando un desnivel de más de 1000 metros, parte del mismo casco urbano de Sallent de Gállego hacia el embalse de la Sarra, donde, a mano derecha, arranca la pista de ocho kilómetros de subida con una pendiente constante, que nos llevará hasta el Ibón de Ibonciecho. La bajada hasta Sallent, se realiza por una senda a través de prados y de un bosque de pinos. Podéis consultar el perfil de ruta en el siguiente enlace web:  www.bttpirineosaltogallego.com/es/ibonciecho.aspx

–         Con Raquetas de nieve: Los ibones de Anayet.

Los ibones de Anayet se encuentran en un lugar privilegiado, situados en la falda del pico Anayet, y con unas impresionantes vistas al Midi d’Ossau. Es una ruta perfecta para realizarla con raquetas de nieve.

Durante la temporada de esquí, la ruta puede comenzar en el parking de Anayet de la estación de esquí de Aramón Formigal. Fuera de temporada, el acceso al parking en coche no está permitido, por lo que tendremos que dejar el coche junto al «Corral de las Mulas», recorriendo poco más de 2 km hasta el parking. Una vez en el parking seguiremos la GR-11, aunque algunas marcas queden tapadas por la nieve, nos guiaremos en todo momento por el barranco de Culibillas, que se sitúa detrás del telesilla Anayet. Tras poco más de 2 horas de camino, unos 10 km, y habiendo superado un desnivel de 650 metros, llegaremos a los ibones de Anayet, aunque con la nieve resultará un poco difícil distinguirlos.

–          Con esquís de travesía: el ibón de Tebarray

Esta ruta al Ibón de Tebarray con esquís de travesía posee gran belleza paisajística, aunque también exige buena técnica de subida, debiendo equiparnos bien con todo el material necesario para este tipo de travesías (Esquís con fijaciones de travesía, pieles de foca y cuchillas, botas de travesía de suela Víbram, bastones de esquí, mochila con sistema de transporte de esquís, crampones adaptados a las botas, casco de esquí o alpinismo, ARVA, pala y sonda ), y si no se posee la experiencia necesaria en montaña, mejor que la realicemos acompañados por un guía de alta montaña.

El ibón se encuentra a 2710 metros de altitud sobre el nivel del mar. Y es uno de los ibones más profundos, con una profundidad superior a los 25 metros, hondo que fue formado por la acción del glaciar que fue excavando el hoyo.

El punto de partida de esta ruta será desde el mismo Sallent de Gállego, donde sale una pista un poco antes del Polideportivo, por la que atravesaremos prados y pinares, tras cruzar un arroyo la pendiente se irá acusando, sobre todo en la parte de los paredones de los Picos del Infierno, son terrenos más abruptos que con nieve dura y venteada que pueden precisar de cuchillas. Accedemos a unas lomas de gran pendiente por el barranco de Tebarray. A nuestra derecha tenemos los picos del macizo de Argualas y el Ibón de Tebarray.

Por Delia López (Técnico Turismo Sallent de Gállego)

Fotografía: José Antonio Villacampa y Asociación Turística Valle de Tena